sábado, 11 de abril de 2009

Se acabó!!!

A final se terminó, el lunes 6 de abril, me dijo no te quiero, va a ser mejor que lo dejemos, después de nueve años saliendo, en los le he dado todo, si habéis oido bien, todo, absolutamente todo, he renunciado a muchos aspectos de mi vida por amor, que aun hoy en día no cambiaría por haber estado a su lado.

Pero me ha dejado, todo el mundo dice que la vida sigue que nadie se muere por nadie, pero yo la verdad, siento rabia, impotencia, vacio, tristeza, mucha tristeza, sólo veo felicidad a mi alrededor, pensaba que lo tenía todo y ha resultado que no que al final se ha convertido en una gran farsa.

Pero hoy 15 de abril, me tengo que quitar ya de una vez la venda que cubre mis ojos, ver que tengo que continuar, que no puedo destrozar todo lo que hay a mi alrededor y que tanto esfuerzo me ha costado conseguir, no obstante, es difícil, todo aquel al que le haya pasado sabrá por lo que estoy pasando.

Creo estar viviendo una pesadilla y es que siempre que ves las cosas a tu alrededor crees que a tí no te puede pasar, te sientes afortunado, por tener lo que tienes, pero un buen día aquella construcción que tú creías robusta, descubres que era un castillo de naipes y que una simple brisa lo ha tirado abajo, de todos modos como dijo el gran Antonio Machado:

"Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera también,
hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera."

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